domingo, 12 de enero de 2014

Senora tortilla


En las calles de Buenos Aires habita un ser de apariencia dócil, servil, dulce, maternal.



Lo que nadie sabe, ni sospecha, ni desconfía; es que esta mujer, en la que hay que agudizar la mirada para entrever a través de sus ojos parte de su terrible verdad, es una criatura mitológica sobreviviente ya a varias generaciones. Ella conoció el Marxismo, las dos guerras mundiales, el asesinato de Kennedy, las Guerras Santas. Ella conoció también el nacimiento y la caída del imperio romano, la asunción del primer Papa. Vio con sus propios ojos la persecución de las brujas, la erupción del Vesubio, el desembarco vikingo en las costas americanas.




Pero no es ese su terrible secreto, sino el que me tocó descubrir a mí (cazador de fantasmas); secreto del cual desangra este firme consejo: nunca hagas caso a su humilde mirada! repito: nunca hagas caso a su humilde mirada!.


 
 
 
Los transeúntes que pasan a su lado se inmutan al verla. Pero a aquellos a quienes hipnotiza con su temible secreto, los hallé en un sótano convertidos en piedra.
 
 
 
 
Imposible descifra el día de su aparición en el mundo. Pero hay posibles datos de principios de la edad media. Aunque no con certeza, pero hay canciones creadas por errantes poetas, que ahora, sospecho, hablan de Ella.
 


En cuanto a Mí, sospecho, Dios me maldijo con un cruel don: soy inmune a ellos; a estos personajes que deambulan la tierra. Pero yo tampoco los afecto. Solo puedo denunciarlos, y ustedes, solo queda en ustedes la credulidad del hecho.
Los dejo por ahora. Por ahora y prometo juntar -para aquellos incrédulos que solo se sacian con abundancia de datos- fotos, archivos, testimonios de la próxima criatura desenmascarada. Aunque poco es lo que puedan hacer para caer en sus garras, solo evitar circundar el lugar donde habitan y sus zonas aledañas.